jueves, 8 de diciembre de 2016

Soconcho



Soconcho

Antiguos pueblos de indios de Santiago del Estero
Revista del Archivo de Santiago del Estero. Tomo I-No. 1
Director Andrés A. Figueroa. Julio, Agosto, Septiembre 1924.

Nota: El presente texto, salvo algunas actualizaciones ortográficas y sintácticas, es fiel al original de la revista.
Como Manogasta, este pueblo de indios no tuvo encomendero al principio, sino que se administraba por funcionarios que se cambiaban cada tanto. Los tributos que se cobraban ingresaban a las cajas reales.
El nombre es de origen quichua y viene de Sonkho, que quiere decir corazón, espíritu, buena voluntad, sentimiento. Pero, el nombre original debió ser Sonkhocha, lugar donde vive gente de buen corazón. Los españoles lo adulteraron luego para llevarlo a Soconcho. 

Tanto Manogasta como Soconcho debieron ser lugares importantes durante la conquista porque esos lugares todavía perduran con sus nombres. Por eso, hasta no hace mucho el departamento donde estaban asentados estos dos lugares se llamaba originalmente Soconcho, aunque luego se lo cambió por el de Atamisqui, nombre de la Villa situada cuatro o cinco leguas más al norte del sitio en que estuvo asentado como pueblo de indios. 


En nuestra obra de referencia se cuenta que Diego de Rojas y Felipe Gutiérrez, luego de dejar atrás a su compañero Nicolás de Heredia, se internaron a la región  diaguita para dirigirse a Concho y Conso y de aquí a Maquijata (actual Villa La Punta). Se cree que aquí o un poco más hacia el este, tratando de dirigirse hacia la provincia de Soconcho, Rojas encontró la muerte en un combate con los indígenas. 

Sin embargo, antes de morir, Rojas designó a su sucesor Francisco de Mendoza, quien siguió hacia el este, llegó a Soconcho y fundó Medellín, en homenaje a su lugar de nacimiento en España. Según Jaime Freire, en abril de 1543 se fundó esta ciudad en las proximidades del Río Viejo, entre Atamisqui y Salavina, la primera del norte argentino (Historia del Descubrimiento de Tucumán, pag. 107).

Pedro González de Prado, que se incorporó a Mendoza junto con Nicolás de Heredia en Soconcho, cuenta en Cusco como respuesta de la pregunta XI sobre sus servicios que “estando nuestro rreal sentado en la provincia de Soconcho que seriamos todos los soldados hasta ciento y ochenta ombres e no mas se nos quemo todo el pueblo e comida que teníamos e yo fui uno de los dos que fueron con el capitán francisco de mendoza a descubrir la provincia de los yugitas adonde entramos en la dicho provincia adonde hallamos mucha comida de mays y algarroba e chañar e muchas ovejas de la tierra [llamas] adonde estuvo asentado el rreal casi un año en donde nunca nos falto bastimentos…”. En respueta a la pregunta XII se descubre que Francisco de Mendoza salió de la provincia de los yugitas con treinta hombres en busca de los cristianos del Rio de la Plata, por noticia que recibió de los indios de la dirección y distancia en la que se encontraban, lo que les confirmo el haber “hallado muchas cosas de Castilla”.

Ahora bien ¿cuál sería esta provincia de los yugitas?-Nuestras conjeturas nos llevarían a la región situada del pueblo de Salavina, adelante, que comprendería los pueblos cuyos nombres se conocieron después con los de Lindongasta, Asingasta y Quillotara, es decir hacia el sud, siguiendo el curso del Río Dulce. El mismo nombre de Salavina, que debió de ser Sara-wiñac: maíz crecido, nos demostraría que fue allí donde los españoles encontraron “mucha comida de maíz”.

González de Prado y los testigos que depusieron en su información, establecían además: que salidos de la provincia de los yugitas, penetraron en grandes ciénagas y ríos “que duraron más de diez y siete leguas…e se volvieron por falta de comida y camino”. -Declaración de Antón Griego y Martín de Rentería. 

En esta importante información, aparece el P. Juan Cidron entre los expedicionarios, el mismo, seguramente, que fue traído después de Chile por vecinos de Santiago enviados en busca de un sacerdote.

Apenas pudo Mendoza regresar con sus hombres a los yugitas, de la región pantanosa, pues debieron penetrar por la margen izquierda del río cuyos terrenos son muy bajos y fácilmente inundables en toda aquella región hasta llegar a la Laguna de los Porongos y Mar Chiquita, donde hubieron de perecer de hambre. [Nota: El Rio Dulce y el Salado hacían su conjunción casi con seguridad, en aquellos tiempos, frente a Sumampa según el mapa de Gioachino Camagno, que acompaña en su obra Saggio Sulla Storia Naturale etc. del Gran Chaco, el P. José Yolis-Faenza 1789,-Cauce del Río Seco llamado  Turugún]

Luego decidió levantar su real y trasladarse a la sierra, a la provincia de los Comechingones, donde se asentó nuevamente para después emprender la búsqueda del Río de la Plata, con la mitad de su gente, cuyo regreso fue desastroso pues además, Mendoza fue muerto por los parciales de Nicolás de Heredia, quien asumió el mando, volviendo nuevamente al famoso Soconcho. Abandonaron la ciudad de Medellín, si es que no la despoblaron antes, para de allí dirigirse al Río Salado, de donde siguieron costeándolo hacia el norte en su regreso al Perú.
El ilustre Cabildo de Santiago de 1803, que lo formaban Dn. José Antonio Aranda, Dn. Diego Bravo de Rueda, Dn. Francisco Rosa de Luna y Dn. Pedro Ignacio Urrejola, debió tener algunas denuncias sobre usurpación de facultades por parte del cura y vicario de las Doctrinas de Soconcho. Mro. Dn. Felipe Hernández, puesto que acordó pedirle informe sobre la elección de alcaldes que hacían los indios cada año. Con tal motivo, el Mro. Hernández explicaba la forma pintoresca en que lo hacía: “…tres o cuatro días antes de año nuevo plantan sus noques de chicha y empiezan a tomar, víspera a la noche amanecen bebiendo (atienda V.S. qué preparación para el acierto); por la mañana presentan en la iglesia en la misa parroquial ante el cura sus electos, y como el cura conoce a todos, repara que los electos son unos ladrones, borrachos y perdularios, procura con suavidad, en su idioma, agravarles la conciencia a explicarles las condiciones que debe tener el indio para semejante empleo en que pende el zelo de la honra de Dios en el Pueblo, un sujeto eficaz para asegurar el cobro de los reales tributos sujetando a sus indios; entonces ceden y dicen al cura, que proponga a quien le parezca, y aunque en ganado ruin poco hay que escoger, les propone de los menos malos, y con conocimiento de todos los vocales, los pone en posesión, precediendo antes su plática en el idioma de ellos, sobre la obligación de estos y como deben comportarse, etc.”.

Las tierras de Atamisqui, en las cercanías de Soconcho, pertenecieron desde 1636, más o menos, a Dn. Gomez Suarez Cordero, casado con Dña. Margarita Villarroel. Un hijo de estos era Dn. Juan Suarez Cordero y Figueroa y una hija Dña. María, fue la esposa de Dn. Eugenio de Santillán, fundador de este apellido en Santiago.
Fin

Nota: En Villa Atamisqui, cerca de lo que era Soconcho y ahora es Medellín, reside Elpidio Herrera, creador del instrumento conocido como la Sachaguitarra y excepcional folclorista santiagueño. Su museo tiene fama internacional. 



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